jueves, 2 de diciembre de 2010

De Mario Vargas LLosa

1. La escena de la muerte de Antonio De La Maza (en La fiesta del chivo)


2. La ejecución de Salvador Estrella Sadhalá (en La fiesta del chivo)

3. Ricardo hablando de Mehdi Ben Narka (en Travesuras de la niña mala)

4. Cartografía de la novela Travesuras de la niña mala, parte 1:

5. Cartografía de la novela Travesuras de la niña mala, parte 2:

viernes, 8 de octubre de 2010

martes, 14 de septiembre de 2010

El que se ha acercado y ha visto


He tratado de traducir este pasaje del libro de Alaa Al-Aswani "J'aurais voulu être égyptien". Páginas 81 y 82:

[... Me he acercado, he visto y no tengo lamentos ni siento alegría. Como cuando miras tus rasgos en un espejo: te extrañas un poco al ver, por la primera vez, los detalles de cerca. Pero ese rostro, esos ojos, esas cejas, esa boca, te enteras que son diferentes de los ajenos. Así me percibo ahora. Tomé conciencia de la verdad, la tengo en mis manos y, por eso, soy condenado a la soledad. Porque he comprendido, la soledad ha sido mi destino.

Llegar a aislarse no es fácil y no viene rápidamente. Me costó mucho esfuerzo y fracaso antes de conseguirlo por fin. Un muro implacable se erigió arrodeándome. Transparente, solo me permite ver. Me retiré detrás de mis fronteras. Conozco la paz del científico que mezcla substancias en sus tubos de ensayo, observa los resultados de las interacciones para registrárselas en su cuaderno con precisión e imparcialidad.

Ya no estoy por ni en contra de nada. Completamente solo y la soledad me sumerge de satisfacción y comodidad. Ya no necesito afirmar mi superioridad ni hacer sentir a otros su mediocridad. El tiempo de disputas y problemas se ha ido...]

martes, 24 de agosto de 2010

Carta a Caroline


Esta parte de la película “The curios case of Benjamin Button” me ha impregnado. He tratado de traducirla, de manera poca fiel, imaginándome escribiéndola a mi hija:

[...No importa lo que suceda, quiero que sepas que nunca es demasiado tarde.
O, en mi caso, demasiado temprano, para conseguir la vida que deseas.
No hay límite de tiempo.
Empieza cuando quieras.
Puedes cambia o seguir siendo la misma. No hay reglas para esas cosas.
Podemos conseguir lo mejor o sufrir lo peor en esta vida. Espero que consigas lo mejor.
Espero que veas cosas que te superen.
Espero que sientas cosas, que nunca habías sentido.
Espero que encuentres gente, con puntos de vista diferentes.
Espero que tengas una vida de la cual estarás orgullosa.
Y si te enteras que no es así, espero que tengas la fuerza para empezar todo de nuevo...]

jueves, 22 de abril de 2010

Un día de fiesta

El-Aîd-el-Kbir, la gran fiesta, es el diez del mes Doulhiya del año árabe. Es un día en el que Dios recibe muchas almas. La última vez coincidió con el veinte siete de noviembre del año dos mil nueve.

Aquel día, me levanté a las siete de la mañana. Me quedé algunos minutos en la cama observando el techo y pensando con aburrimiento en la lista de tareas agotadoras que me esperaba. Había que asistir a la oración colectiva, degollar el cordero y hacer la visita a todos los miembros de la familia, la cual nunca se terminaba antes las once horas.

Todo eso era normal, la única excepción de ese año era la ausencia de mis padres. Se fueron, quince días antes, a Arabia para cumplir la peregrinación. En mis treinta años de vida nunca habíamos celebrado una sola fiesta estando separados. Era bueno para ellos y se sentían felices, pero yo no dejaba de sentir en el aire algo de tristeza.

“Anda Hicham, - me dije- vete a la oración, es la única costumbre de la ocasión que todavía mantiene su sentido”.

A las ocho horas y media salí de la mezquita y subí en mi coche. Lo arranqué, hice marcha atrás rápidamente, las ruedas giraron y oí un sonido. “¿Qué es eso?” – Me pregunté- Fue el maullido de un gato. No di importancia y continué. Esta vez el maullido se convirtió en algo como un grito de terror. Paré el coche rápidamente y bajé para ver.

Había un pequeño gatito aplastado bajo la rueda. Su madre estaba cerca de él. Nunca olvidaré lo que vi en ese momento: la mirada de la gata, sus ojos estaban abiertos, grandes, enormes. Miró su cría, giró su cabeza a la izquierda a la derecha y repitió el gesto muchas veces. Como si estuviera buscando algo perdido, pidiendo la ayuda de alguien o esperando despertarse de esa pesadilla. Me dio la impresión que no creía lo que había pasado. Me miró a los ojos - y pensé muy asustado - que iba a preguntarme “¿qué has hecho?”.

“Lo siento gata” – pensé -

Tres horas después, ya habíamos degollado dos corderos, el de mi suegro y el de mi cuñado, cuando llegó el torno del mío. “¡Voy a emitir otra vez el gesto de Abraham!”.

Existe una regla muy importante en el ritual de la degollación: nunca dejar un cordero ver la sangre de otro para evitar el miedo del que sigue. Yo estaba seguro que el mío ya supo lo que le esperaba. Balaba muy fuerte. Pero cuando lo trajimos al patio y vio que no había escapatoria calló. Se quedó silencioso observando nuestros movimientos.

“Lo siento cordero”. – pensé-

Pasaron dos horas y empecé a arreglarme, tomé una ducha y me puse una ropa nueva como era costumbre en cada fiesta. Antes de almorzar, quise ver a mis hermanos Muna y Saâd. Llegué a casa de la primera, llamé a la puerta pero no me abrió ella sino su cuñada. Parecía profundamente triste. Sus ojos rojos denotaban que acababa de llorar.

- ¿Qué tal Fatima-Zohra? Feliz fiesta. ¿Muna está aquí? – dije con una sonrisa ligera.

- No, está en la casa de su suegro. Vámonos juntos, yo también quiero ir. – me dijo de inmediato-

Anduvimos algunos pasos en silencio. Me preocupó su estado: caminaba lentamente con la cabeza baja, pensé que probablemente uno de los niños se hirió con el material peligroso utilizado en la degollación. No pude esperar más:

- ¿Ha pasado algo malo? - Pregunté.

En ese momento, ella no pudo contenerse. Sus ojos se llenaron de lágrimas, me tomó mi brazo izquierdo, puso la cabeza sobre mi hombro y dijo con voz casi inaudible: “Tu madre ha llamado para anunciarnos que tu padre ha tenido un ataque de corazón, ha muerto en la montaña de Arafa”.

Una corriente de frío atravesó mi cuerpo. Quité mi brazo de sus manos, me alejé de ella y me paré. Los sonidos de la calle callaron repentinamente.

Como el cordero me quedé silencioso y como la gata me sentí perdido buscando dentro de mi cualquier cosa para convencerme que eso no era real, que era una pesadilla más.

Pegué mi mano en la pared para reencontrar mi equilibrio. Recuperé la audición y oí la voz de la mujer: “lo siento Hicham”.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Mi abuelo

Hemos tenido, hoy en el Cervantes, un examen para pasar al nivel avanzado 3-4. Nos han pedido redactar un texto narrativo en el que hablamos de cuentos que nuestros abuelos nos contasen:

Mi abuelo, que en paz descanse, murió en el año 1991. Era alto, fuerte y muy cariñoso. Pero yo le quería más por los cuentos que contaba sobre su infancia en el campo y las aventuras que tuvo en el mar.

Una vez, me contó la historia más divertida de toda su vida. Fue en los años 30 durante la guerra civil española. En aquella época, un general español, Franco, que controlaba el norte de Marruecos, necesitó más hombres en su ejército para poder derrotar a sus enemigos los republicanos. Mandó entonces a sus soldados para buscar toda persona que pudiese participar. Mi abuelo, como muchos otros, no pudo escaparse. Les dieron dos opciones: la guerra o la cárcel.

Pocos días después, les llevaron al puerto de Ceuta de donde se fueron a España. Todo pasó rápidamente. Al llegar ahí, cada uno tuvo su arma y comenzó la batalla. Fue en una montaña. Mi abuelo no se acordó de haber sabido el nombre del lugar, porque a los soldados no les explicaron nada. Todo lo que se quedó en su memoria era la bala que recibió en su pierna izquierda inmediatamente después de bajar del camión. Cayó en el suelo y se quedó tumbado hasta que llegaron dos marroquíes que le llevaron al hospital. Ahí, decidieron mandarle a Marruecos porque ya no podía servir para nada.

"¡Qué suerte!" - Pensó mi abuelo. Fue muy contento porque, para él, la muerte en una guerra que no era suya no tenía ningún sentido. Regresó a Marruecos quince días después, y recibió una prima por haberse herido en la batalla, con la cual pudo comenzar su pequeño negocio que creció en pocos meses. Menos de un año después, fue a Chefchaouen donde se casó con mi abuela. La trajo con él a Tetuán y ahí tuvieron su primer niño, mi padre.

Antes de morir, decía siempre que uno no podía saber donde estaba su destino. La guerra que le aterrorizó, le dio un negocio, una mujer y nueve niños.

jueves, 18 de marzo de 2010

Guernica


Ayer, busqué por Google la obra de Pablo Picaso “Guernica”, la imprimí e intenté describirla en un texto.

El cuadro es muy complejo, no puedo dominar lo con una sola vista global porque contiene más que nueve elementos que representan seres vivos además de algunos objetos. Cada uno de ellos es una obra artística aparte. El todo forma una escena que tiene lugar en una casa. Puedo ver paredes, esquinas, una ventana, una puerta abierta y una misa.

Todo es pintado en gris, negro y blanco, y cada centímetro del cuadro expresa tristeza y sufrimiento profundos.

En la parte derecha, cerca de la puerta un hombre aterrorizado, los ojos grandes, la boca abierta y los brazos arriba. Como si estuviese ahogándose entre las mandíbulas de una maquina de madera con dientes que quería devorarlo. A su lado, una ventana por la que otro hombre, con una expresión de tristeza en su rostro, parecía querer entrar trayendo un candil en su mano. Y a bajo por el suelo, una mujer arrastrando su pierna infectada como un soldado herido tratando de escaparse de una batalla.

En el medio del cuadro hay un caballo relinchando. Parecía sufrir y tener miedo igual que una presa caída en las manos de un depredador. No supe por qué hasta que identifiqué una lanza travesando su vientre. La pobre bestia está aplastando a un hombre tumbado en el suelo. Ese último parece ser un guerrero, está muerto tomando por su mano derecha una espada quebrada.

A la izquierda, una madre que lleva a su hija muerta en sus brazos, está mirando al cielo y gritando. La manera en la que sus ojos son dibujados denota que la pobre pueda haber perdido la razón. Cerca de ella, hay un toro perdido y confundido, y un pájaro herido sobre la misa.

Por fin, está colgada en el techo, una bombilla encendida que daba una luz intensa. Parece como un ojo divino observando lo que los humanos son capaces de cometer.

martes, 9 de marzo de 2010

Luz

La señora Catharina Vermeer estaba sentada en el salón vestida de una ropa muy elegante, contemplando su caja de joyas y charlando con su madre. Era la mujer de Johannes Vermeer, artista pintor. La familia vivía en la ciudad holandesa Delft en los años 1660, la edad de oro del renacimiento, y dependía totalmente de la venta de las obras artísticas de Johannes para sobrevivir y evitar la quiebra. Entonces, un retraso en finalizar un trabajo nuevo causaba muchas discusiones en la pareja. Catharina estaba muy interesada al dinero y a la riqueza, tanto que no vacilaba en seducir a un cliente rico para que comprara una obra de su marido.

Griette, la nueva criada, llamo a la puerta y entró. Catharina la miró con desprecio, odiaba a esa chica. La joven era muy bella, tenía un carácter discreto y una expresión de tristeza permanente en su angélico rostro. Llevaba siempre un velo y nadie excepto sus padres había visto el color de su pelo. Cosa que añadía un toque de misterio a su belleza. Muchas veces Johannes la sorprendió meditando sobre uno de sus cuadros. Tuvo algunas pequeñas charlas con ella y notó que esa criada estaba provista de un gusto para el arte y podía dar opiniones pertinentes sobre su trabajo. Cada día se sentía más fascinado por ella. La presencia de este ángel le cambió, provocaba en él una mezcla de sentimientos entre deseo y curiosidad. Eso lo notó Catharina y se volvió entonces celosa. "No es nada más que una criada ¿Por qué se interesa a ella más que a mí, su mujer? ¿Que tiene ella y que yo no tengo?".

- Sí - Dijo Catharina mirando a Griette con disgusto.

- Señora, es sobre el estudio del Señor Vermeer. ¿Debo limpiar las ventanas? - Preguntó la chica con vacilación y cuidado, sabía que su ama estaba buscando un pretexto para despedirla.

- ¡No necesitas preguntarme sobre algo tan evidente! - respondió Catharina con una sonrisa burlándose de esta pregunta estúpida. No dudaba que no era más que una criada.

- Porque esto puede cambiar la luz. Señora.

De la película "The girl with the pearl earring" de Peter Webber.

jueves, 4 de marzo de 2010

El autoestopista

Ayer, en la clase de español, tuvimos que redactar cada uno un guión utilizando una lista de palabras. La mía fue:
Un camión de plátanos,
Un autoestopista,
Una botella de perfume,
Un cocodrilo,
Una gasolinera,
Una pizza 4 estaciones,
Y una canción de los Rolling Stones.

Propuse esta escena que gustó a la profesora Fatiha, quien me preguntó si escribo (para animarme seguramente). En efecto, convertirme en escritor es un sueño. Sé que es, sobre todo, cuestión de trabajo duro y de disciplina.

La escena empezó con la famosa canción de los Rolling Stones some girls (algunas chicas) y tuvo lugar en el desierto americano extremamente caloroso de Nevada.
Un joven que tenía el físico de un modelo, alto y fuerte, y que estaba vestido de vaqueros y una camisa blanca abierta. Llegó a pie, transpirando, al restaurante de una gasolinera al lado de una autopista. Empujó la puerta y entró. Una vez dentro, toda la gente que estaba allí lo miró con una mezcla de envidia, extrañeza y desconfianza. Pero él, les ignoró, como si estuviera acostumbrado a esa actitud de parte de todo el mundo. Se sentó y pidió una pizza 4 estaciones.
Terminó su almuerzo, cogió su mochila y salió para seguir por su camino.
Era mediodía y hacía mucho calor. Tanto, que el joven sintió como si el sol estuviera a un metro de su cabeza. Entonces, se paró para autoestopear.
Pasaron muchas mujeres conduciendo sin pararse. Todas le miraron de la misma manera que los clientes del restaurante.
Desesperado, sacó de su mochila una botella de perfume casi vacía, solo contenía algunas últimas gotas. La vació sobre su cuello y en segundos se paró cerca de él un gran camión de plátanos, un tráiler conducido por una chica rubia, guapa y voluptuosa con un carácter rebelde.
El joven sonrió, y antes de subir miró el logotipo grabado en la botella de perfume: un cocodrilo.

miércoles, 24 de febrero de 2010

¿Escuela francesa o no?

Obtuve mi diploma de ingeniería estadística en el mes de julio del año 2003. Inmediatamente después, tuve mi primer trabajo en Casablanca. Fue en el departamento de Estrategia de Mercadotecnia de un gran banco marroquí fundado tras la independencia de Marruecos. Aterricé con una alma entusiastica y una cabeza llena de ideas frescas sobre la importancia de la formación y los valores del trabajo y del merecer.

Como en muchas de las estructuras arcaicas de mi país, los directores de ese banco eran sagrados, se consideraban como (pequeños) dioses. Estaban instalados en el octavo piso de la sede ¡directamente bajo el cielo donde hay el verdadero Dios! Encontrarlos en el ascensor o mirarlos pasando por casualidad era un evento especial del que los pequeños empleados se orgullecían y pasaban días mencionándolo en sus charlas del corredor.

Un día tuve que acompañar a mi jefe en una presentación destinada a nuestro director sobre un proyecto de Sistema de Información Geográfico. Él también era un "pequeño dios" que había estudiado en la escuela francesa Lyautey y luego en la universidad Paris Sorbonne. Mi jefe, una mujer que tenía un perfil un poco similar pero estaba provista de una mente más moderna, quiso introducirme a él: “le presento Hicham. Es nuevo en el departamento. Es nuestro estadístico”. Me miró durante un corto momento y me preguntó: “¿en qué liceo había estudiado usted?”. Respondí espontáneamente: “en el Liceo Hassan II de Tetuán”. Lo notó en un cuadernillo y volvió a la tema de la presentación.

martes, 16 de febrero de 2010

Padre : carta 1

Padre,

No estoy seguro que puedas escucharme. Dicen que las únicas voces que llegan a los muertos son las oraciones. Pero tengo que contarte lo que está ocurriendo en nuestra vida ahora, tres meses después tu ida.
Te quiero mucho, padre. Tu imagen no deja mi mente desde el día que falleciste. Intento cada instante imaginar tus últimos momentos de vida en esa tierra lejana y sagrada a partir de lo que mi madre nos cuenta. No sé lo que siento. No creo que sea tristeza o dolor, sino un sentimiento profundo de miedo e inseguridad provocado por tu ausencia. Vivías toda tu vida entre nosotros con tu corazón débil y siempre enfermo aunque tu presencia era enormemente protectora.
Desde el día que conocí el mundo supe que eras un ser frágil. No podía dejarte solo cuando mi madre no estaba. Y cuando estábamos juntos no dejaba de mirarte en los ojos para anticipar tus estados de hipoglucemia.
Y mi abuela, tu madre, ha cambiado mucho. Tu muerte le ha quemado el corazón. Siempre nos ha acostumbrado a mostrarse la más fuerte en los momentos más crueles. Aunque ahora está destruida. Nunca olvidaré como entré a su casa con los ojos rojos y llenos de lágrimas, no pude decir nada, le besé la mano y me dirigí al otro cuarto para llorar. Al ver me en este estado comprendió lo que había pasado y empezó a llamar tu nombre como si pudieras escucharla. La pobre, ha sufrido de todo, la muerte de su padre, la del tuyo, su marido, quien la dejo sola con nueve niños y pocos recursos. Y ahora la tuya. Por eso, no le olvides nunca allí donde estas.
Hasta la próxima carta, Padre.

Tu hijo.

lunes, 8 de febrero de 2010

Primera lectura


Por fin he llegado a un nivel en español bastante bien para leer libros. He empezado por "La casa de los espíritus" de Isabel ALLENDE. El pasado fin de semana leí el capítulo primero y presenté su resumen en la última clase a la profesora y a mis compañeros:

Isabel ALLENDE está considerada como la más popular novelista iberoamericana. Su padre es sobrino hermano del ex presidente chileno Salvador ALLENDE. En 1981, Isabel vivía en Caracas cuando aprendió que su abuelo está muriendo. Comenzó a escribirle una carta que se convirtió luego en el manuscrito de “La casa de los espíritus”.

Aquí está mi resumen del capítulo primero: Rosa, la bella. Pero antes quiero darle mis agradecimientos à la profesora Fatiha, quien hace del curso de español una agradable experiencia.


Personajes del capítulo primero

La familia Del Valle:

1. Severo Del Valle es el padre. Tenía ambiciones parlamentarias y era miembro del partido liberal. Era ateo y masón pero no podía faltar a la misa del domingo por razones políticas.

2. Su esposa Nívea. Acompañaba a su marido en su carrera política porque deseaba obtener el voto femenino por el cual estaba luchando hace muchos años.

3. Severo y Nívea tuvieron juntos once hijos. Rosa, la mayor, era de una belleza excepcional, inocente y tenía un carácter silencioso: "Al nacer, Rosa era blanca, lisa, sin arrugas , como una muñeca de loza , con el cabello verde y los ojos amarillos, la criatura más hermosa que había nacido en la tierra desde los tiempos del pecado original". Parecía como una criatura del mar, una sirena.
Para no aburrirse esperando el regreso de su novio Esteban. Rosa estaba bordando el mantel más grande del mundo con dibujos de animales y criaturas raras de su propia imaginación.

4. Clara, la hija menor de la pareja Del Valle. Era una niña precoz que tenía una desbordante imaginación y poderes mentales extraordinarios. Podía mover cosas sin tocarlas y adivinar el futuro. "Algunas veces, a la hora de la comida, cuando estaban todos reunidos en el gran comedor de la casa, sentados en estricto orden de dignidad y gobierno, el salero comenzaba a vibrar y de pronto se desplazaba por la mesa entre las copas y platos, sin que mediara ninguna fuente de energía conocida ni truco de ilusionista".

5. La Nana vivía con la familia ayudando Nívea en la educación de sus hijos.

Fuera de la familia del Valle:

6. El aventurero Marcos, hermano de Nívea. Tenía una vida llena de aventuras y viajes por tierras lejanas, donde conoció a otros pueblos, aprendió sus costumbres y dialectos, y cazó animales salvajes. Fue considerado como un héroe cuando llegó a construir un gran pájaro de dimensiones prehistóricas y consiguió el primer vuelo humano de la historia. Marcos era muy querido por sus sobrinos y especialmente por Clara. "En cada visita que hizo Marcos al hogar de su hermana Nívea, se quedó por varios meses, provocando el regocijo de los sobrinos, especialmente de Clara, y una tormenta en la que el orden doméstico perdía su horizonte. La casa se atochaba de baúles , animales embalsamados , lanzas de indios, bultos de marinero".
De su último viaje, Marcos regresó muerto por causa de una enfermedad fatal: la peste africana. Sus compañeros en el barco trajeron su cadáver en un ataúd hasta la casa de su hermana Nívea. Fue un momento muy doloroso para la familia, especialmente para Clara. Pero en ese día también el destino le ofreció a la niña un regalo: un nuevo amigo, el perrito Barrabás, quien luego creció y tuvo un tamaño enorme.

7. Esteban Trueba era el novio de Rosa. Trabajaba muy lejos en las minas del norte, con la esperanza de poder hacer una rápida fortuna y volver a casarse con su novia. Estaba muy enamorado de ella: "Muchos la habían rondado, perdiendo la razón por ella, pero hasta que yo aparecí en el horizonte, no se había decidido nadie. Su belleza atemorizaba , por eso la admiraban de lejos, pero no se acercaban. Yo nunca pensé en eso, en realidad. Mi problema era que no tenía ni un peso, pero me sentía capaz, por la fuerza del amor, de convertirme en un hombre rico. Miré a mi alrededor buscando un camino rápido, dentro de los límites de la honestidad en que me habían educado, y vi que para triunfar necesitaba tener padrinos, estudios especiales o un capital”.

8. El padre Restrepo. El cruel sacerdote que representaba la autoridad moral. No se atrevía a apuntar los pecadores en público. Encarnaba el miedo que le daba el modernismo a la iglesia. "El ayuno consistía en suaves pasteles de hojaldre , sabrosos guisos de verdura, esponjosas tortillas y grandes quesos traídos del campo, con los que las familias recordaban la Pasión del Señor, cuidándose de no probar ni el más pequeño trozo de carne o de pescado, bajo pena de excomunión, como insistía el padre Restrepo. Nadie se habría atrevido a desobedecerle. El sacerdote estaba provisto de un largo dedo incriminador para apuntar a los pecadores en público y una lengua entrenada para alborotar los sentimientos”.

9. Por fin, había también el doctor Cuevas, el médico de la familia, y Férula la hermana de Esteban.

Evento principal del capítulo primero: la muerte de Rosa

Un viernes, Clara adivinó que habría otro muerto en la casa (el primero era el tío Marcos): un muerto por equivocación - dijo la niña. El día siguiente Rosa estuvo enferma, tuvo una fiebre, y el domingo murió.

La muerte de Rosa, la hija mayor, la criatura bella e inocente, fue una sorpresa trágica y un evento extremamente doloroso para la familia. Su madre Nívea se quedó muy triste y Esteban se sintió perdido. Clara tuvo remordimientos pensando que las cosas terribles ocurrieron porque ella las había dicho, de la misma manera que podía mover las cosas únicamente con el pensamiento.

El doctor Cuevas no creyó que la simple fiebre que tuvo Rosa pudiera causar su muerte tan rápida. Entonces decidió hacer una autopsia de la cual resultó que la chica murió envenenada. Luego, los rumores empezaron a circular con la idea que se trataba de un asesinato político dirigido contra Severo, pero mató por error a al pobre Rosa.

Durante la noche de la autopsia, mientras el doctor Cuevas y su ayudante trabajaban en la cocina para identificar la causa de la muerte, Clara se levantó y fue a buscar a Rosa. No la encontró en su dormitorio. Se dirigió a la cocina y pudo ver, a través un hueco entre el postigo de madera y el marco de la ventana, la escena horrible del doctor trabajando en el cadáver de su hermana. A partir de ese momento, Clara, traumatizada, se quedó muda hasta nueve años después cuando habló por fin para anunciar que se iba a casar.

Principio


Mi primer contacto con la lengua y las culturas hispanas:

No me acuerdo de manera exacta de cuando tuvo lugar mi primer contacto con el idioma español. Pero sé que fue en mi infancia, en los años 80. En aquella época vivíamos, mi familia y yo, en Meknés donde trabajada mi padre y volvíamos cada vacación a Tetuán donde estaba toda la gran familia.

Ahí notaba que mis primos tenían acceso, además del canal de televisión marroquí, a otros que llamaban "la primera" y "la segunda". Luego llegaron otros: "tele cinco", "antena tres" y "canal sur". Esos canales presentaban dibujos animados cada mañana temprano. Los cuales me gustaban mucho, porque eran diferentes, diversos y contenían más acción. A mí, me encantaba ver los mientras desayunando.

En el año 1994 volvimos a Tetuán definitivamente. Ahí, mi contacto con la lengua se volvió más regular. Como todos los adolecentes, vía muchas películas americanas, las cuales eran casi todas traducidas en castellano. También vía las noticias de la televisión española cada noche porque mi padre, quien aprendió español durante sus estudios, no las faltaba.

Comencé entonces a comprender fácilmente lo que se dice en español sin poder todavía expresarme correctamente, solo chapurreaba. Tengo que decir que todo mi esfuerzo de aprendizaje de lenguas extranjeras estaba concentrado en francés e inglés que necesitaba para mis estudios.

Años después, fue a Rabat para estudiar y luego a Casablanca donde tuve mi primer trabajo. El español seguía ocupando una parte de mí, trayéndome buenos recuerdos, pero todavía estaba incapaz de utilizarlo para expresarme. Hasta un día de febrero del año pasado en el que decidí acabar con este “problema”. Me fue al instituto Cervantes de Casablanca, pasé el test de nivel y empecé desde el intermedio.

Hoy, puedo leer libros en español y participar en debates. Estoy cada día más entusiasta y más determinado para seguir adelante descubriendo las culturas hispanas. Algo que he elegido sin que me sea impuesto por mi carrera.