martes, 14 de septiembre de 2010

El que se ha acercado y ha visto


He tratado de traducir este pasaje del libro de Alaa Al-Aswani "J'aurais voulu être égyptien". Páginas 81 y 82:

[... Me he acercado, he visto y no tengo lamentos ni siento alegría. Como cuando miras tus rasgos en un espejo: te extrañas un poco al ver, por la primera vez, los detalles de cerca. Pero ese rostro, esos ojos, esas cejas, esa boca, te enteras que son diferentes de los ajenos. Así me percibo ahora. Tomé conciencia de la verdad, la tengo en mis manos y, por eso, soy condenado a la soledad. Porque he comprendido, la soledad ha sido mi destino.

Llegar a aislarse no es fácil y no viene rápidamente. Me costó mucho esfuerzo y fracaso antes de conseguirlo por fin. Un muro implacable se erigió arrodeándome. Transparente, solo me permite ver. Me retiré detrás de mis fronteras. Conozco la paz del científico que mezcla substancias en sus tubos de ensayo, observa los resultados de las interacciones para registrárselas en su cuaderno con precisión e imparcialidad.

Ya no estoy por ni en contra de nada. Completamente solo y la soledad me sumerge de satisfacción y comodidad. Ya no necesito afirmar mi superioridad ni hacer sentir a otros su mediocridad. El tiempo de disputas y problemas se ha ido...]