jueves, 10 de noviembre de 2011

Notas sobre “La práctica del relato” de Ángel Zapata

El autor de “La práctica del relato” intenta presentar las mejores prácticas en materia de narración para nuevos escritores y habla de cuatro virtudes:

Naturalidad

Evitar el exceso de literatura en el texto y la imitación del estilo literario. El empeño de escribir muy bien puede ser un obstáculo para el escritor.

La naturalidad es algo parecido a una relación de confianza que el escritor entabla con sus lectores. No sirve de nada escribir muy bien y de manera complicada si para ello tenemos que sacrificar esa relación.

La naturalidad consiste en no fingir. Hay que contar la historia (verdad o mentira) sin reticencia ninguna.
La palabras elegidas no deben ser puro adorno sino engranajes que giran al servicio de la acción.
El narrador cuenta algo en vez de hacer observar las peripecias de las palabras.
Es mejor cuando las frases son cortas y livianas, y el relato es nítido y directo.

Pero, escribir de manera sencilla no significa reproducir las conversaciones entre personajes como son en la realidad. El estilo coloquial está cargado de una multitud de giros y expresiones que no tienen valor informativo sino solo sirven para mantener un contacto continuo con su interlocutor.

Hay que mantener: (i) Un vocabulario usual (ii) La ausencia de adornos retóricos (iii) El uso de frases cortas (iv) Y transmitir en cada momento el estado de ánimo de los protagonistas.

Estilos a evitar: (i) Formal: textos como informes técnicos (ii) Enfático: exagerar la descripción con muchos adjetivos (iii) Retorico/poético: como un poema o como el ejemplo 1 (iv) Y asertivo: descripciones que se parecen a textos científicos o a comentarios sobre datos estadísticos.


Visibilidad

Hay que producir en la mente del lector el efecto de una película. Hacerle ver las escenas y los personajes.
Por eso, la descripción de los personajes no debe ser directa sino a través de sus acciones. Esa es una técnica que engancha al lector.
Muy importante: hablar de detalles para situar al personaje en su ámbito, y añadir viñetas.
Pero la selección de esos detalles, no es tarea fácil. Necesita mucha práctica y algo de talento.
También hay que mantener el suspenso hasta el fin de la historia y eso se consigue con llevar la historia en direcciones no esperadas por el lector. Lo previsible no es visible.


Continuidad

Hay cosas que deben fijarse en la mente del lector. Para eso es necesario repetir. Sí, mantener la continuidad por repetir. Pero solo lo que importa, con amenidad  y sin dejar que el lector lo note.

Personalidad

El perfeccionismo representa un obstáculo muy serio para la personalidad de la escritura: obstaculiza la expresión propia.

Tópicos: A un lector no le gusta leer lo que ya sabe.
Por ejemplo: Sabemos todos que los días de la primavera son radiantes, que en el campo se respira mejor que en la cuidad y cómo son los embotellamientos en las horas de punta.
Lo previsible, lo consabido y las frases hechas hay que utilizarlos con pequeñas dosis

Al escribir hay que evitar el pudor. Escribir en total impudor. Pero eso, según el autor, no significa convertir su texto en algo vulgar e idiota como el streep tease. Sino evitar la censura y abordar los tabús sin temor.

Los buenos relatos no plantean de manera general situaciones cerradas.

Escribir no es pensar con la cabeza. Sino ponerle una funda a las ideas juiciosas que amueblan la cabeza y mudarnos a lo imaginario.
Escribir es también pensar con el corazón, jugar y buscar un equilibrio entre pensamiento dirigido y pensamiento fantaseador.

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