viernes, 11 de noviembre de 2011

Participación en un taller de teatro

He escrito esa escena para participar en un taller de teatro en el instituto Cervantes de Casablanca. La voy a entregar hoy. A ver que van a decir:

El doctor
A ver. Empezamos por… (el doctor hecha una ojeada a su cuaderno) la señorita Jamila. ¿Cuál es su historia?

La enfermera
Trate usted de no acercarse a ella. Les tiene mucho miedo a los hombres. Sobre todo los mayores. Será porque fue víctima de una agresión sexual en su niñez. Pero tiene un carácter muy tranquilo e infantil. Pasa todo el día jugando y riendo. Invita a todo el mundo a jugar con ella. Especialmente yo.

El doctor
¿Ha dicho que sufrió una agresión sexual? ¿Por parte de quién?

La enfermera
Su padre.

El doctor
Hum. Y él ¿con quién se imagina estar hablando?

La enfermera
Con Lola (la enfermera sonríe)

El doctor
¡Aja! ¿Y quién es Lola?

La enfermera
Su vaca. Es uno de los jóvenes granjeros que perdieron sus inversos por causa de la epidemia de la vaca loca. Parece que adoraba su trabajo tanto que no aguantó el golpe. Sus vacas murieron, el banco confisco sus bienes después de su quiebra y lo peor fue el abandono de su esposa que huyo con sus dos hijos.

El doctor
¿Y desde cuando pone nombres a sus vacas? ¿Cuantas vacas imagina que tiene?

La enfermera
Solo una. Le llama Lola. Que fue el nombre de su mujer.

El doctor sobresalto al oír, repentinamente, la voz de una mujer que estaba de pie en la esquina cantando una ópera. Se quedó un tiempo quieto escuchando esa voz fuerte y maravillosa. Luego tomó la mano de la enfermera y empezaron a bailar como si estuvieran hipnotizados por la canción. Pero pararon al ver que los pacientes les miraban con estupefacción.

El doctor
Tiene una bella voz. ¿Fue cantante?

La enfermera
¿Cómo? ¿No la conoce usted? Es Carla, la diva del bello canto. Hija de buena familia. De padre diplomático y madre cantante de ópera de origen italiana. Su historia es un poco complicada y no la comprendo perfectamente. Desconozco el evento que causó directamente su enfermedad. Pero sé que vivió muchos problemas de familia, se casó varias veces y sufrió mucho estrés por su trabajo y su fama.

El doctor
Supongo que pasa todo el tiempo cantando e imaginando a los demás como su público.

La enfermera
Sí, exactamente. Solo les causa molestia y a veces rabia cuando les despierta a media noche con su voz.

La profesora (muy enfadada, gritando): 
¡Callad todos! ¿En qué lengua debería expresarme para que comprendáis?

El doctor miró sorprendido hacia la última y antes de decir nada la enfermera le explicó:

 La enfermera
Ella es Amelia. Como puede usted adivinar es profesora. De esa gente que perdió la cabeza de tanto estudiar. Siempre soñaba con ser profesora y tiene un nivel académico muy alto. Pero regresó loca de un pueblo lejano donde fue afectada por el ministerio de educación. ¿Cómo pudieron mandar allí a una señorita como ella? ¿Y a dónde? A un pueblo que habla una lengua que nadie de nosotros comprende. Son ellos los que deben estar aquí, no ella. ¡La pobre!

El doctor
Por favor señorita, no vuelva jamás a pronunciar la palabra “loca” aquí.

La enfermera
De acuerdo. Discúlpame… ¿Ve usted al paciente sentado cerca de la ventana?

El doctor
¿El con bigote y pelo peinado?

La enfermera
Sí. Se llama Juan y actúa como don Juan. Se imagina en un hotel cinco estrellas no en un manicomio. Y solo se enfada cuando los demás no le tratan como un caballero.

El doctor
Parece muy viejo. ¿Qué edad tiene exactamente?

La enfermera
Ochenta y tres años. Recibe de vez en cuando visitas de sus hijos y nietos.

El doctor
Según mi lista, nos queda solo un paciente a conocer: Pablo. (El doctor miró hacia ese último y preguntó a la enfermera) ¿Cuál es su historia? Parece todavía joven.

La enfermera
Joven y ya no aguanta las “hipocresías” de la sociedad, como dice él. Es un periodista. Fue especializado en política y sociedad, y conocido por sus críticas afiladas de la corrupción y las costumbres religiosas. Fue despedido de su trabajo en el periódico y, para sobrevivir, debió aceptar un puesto en el ministerio de la cultura donde le dejaron solo en un despacho sin nada que hacer. Luego lo acusaron de ateísmo y violencia hacia sus colegas y lo trajeron aquí.

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